la vendimia del Chardonnay comenzó la madrugada del 25 de agosto, en su punto óptimo de madurez. El estado sanitario de los racimos era impecable, así que se realizó una maceración del mosto con sus pieles durante un largo tiempo para que pudiera enriquecerse en sabor y aromas. Posteriormente, se realizó un escurrido de la cuba de maceración y se fermentó el mosto flor por separado para dar lugar al vino que ahora se puede disfrutar. Tras ser filtrado, el vino fue embotellado en el mes de noviembre.